11 feb 2010

LICANTROPO RETURNS


Entre tanta fiebre por los vampiros y los zombis, parecía que ya nadie se acordaba de la figura del hombre lobo ni de sus cruentas cacerías bañado por la luz de la luna. Esta nueva película surgió con la intención de devolverle la importancia de antaño, y lo hace volviendo a sus raíces al tomar como referencia la cinta ‘El Hombre Lobo’, dirigida por George Waggner en 1941. En ella, Lon Chaney Jr interpretaba al licántropo, cuya verdadera identidad era la de un noble llamado Lawrence Talbot. Este es precisamente el papel que rescata Benicio del Toro para este remake.

Lawrence lleva muchos años lejos de su casa, una mansión localizada en una población inglesa llamada Blackmoor. Al principio del metraje, el joven regresa a la mansión tras recibir una carta de Gwen, la mujer de su hermano, en la que le cuenta que éste ha desaparecido. Una vez allí se reencuentra con su padre, un personaje frío y distante interpretado por Anthony Hopkins (al que el papel le sienta como un guante, aunque tampoco se luzca).

Comienza entonces la búsqueda. Dado que estamos en una población rural y a finales del siglo XIX, sus habitantes son muy supersticiosos, y todos creen que una bestia demoníaca anda suelta por los bosques que rodean el pueblo. Creencia que se ve reforzada cuando encuentran el cadáver destrozado del hermano de Lawrence. Otros señalan como culpables a una comuna de gitanos que viven también por los alrededores. Lawrence seguirá decidido a dar caza al asesino, pero no podrá evitar terminar convirtiéndose en esa bestia que todos temen.

Esta nueva entrega de ‘El Hombre Lobo’ está realizada a la manera de las pelis de terror de la vieja guardia. Frente a los sobresaltos continuos y los montajes efectistas de las producciones actuales, esta cinta apuesta más por la ambientación y por la atmósfera que se genera en torno a los personajes. En ese sentido han dado en el clavo, pues recrean a la perfección los callejones ingleses de la época victoriana, iluminados por faroles de gas; los bosques engullidos por la niebla; o las viejas mansiones cubiertas de enredaderas en las que se huele la tragedia a kilómetros.

Pero peca de un desarrollo un tanto aburrido en ciertos pasajes y de una aproximación poco atrevida a la figura del hombre lobo. Se echa en falta profundizar en el personaje interpretado por Del Toro, explorar qué siente al darse cuenta de que va perdiendo progresivamente su humanidad, la confrontación entre el individuo y la bestia que va creciendo en su interior. Y no hablemos ya de su superficial relación con Gwen, que pese a tener un peso decisivo en la trama, apenas consigue salirse del tópico.

2 comentarios:

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